Por Lorena Lorenzo Gómez
Encumbrada en el punto más alto de la ciudad, se erige la Ermita de Nuestra Señora de la Candelaria de la Popa, cual centinela agotada por los años. Las huellas del tiempo se hacen evidentes en el inmueble del siglo XVIII y retan al grupo de trabajo del Conservador de Trinidad que ya cuenta con aprobación de la Iglesia Católica y el Gobierno Municipal para la intervención.
El proyecto de La Popa consta de tres etapas. La primera, correspondiente a la reconstrucción de la calzada que conduce hasta la ermita, fue concluida recientemente. La segunda se centrará en la consolidación estructural del edificio y está incluida en el plan de obras para el 2021 de la Oficina del Conservador de Trinidad y el Valle de los Ingenios, declara Heberto Hernández González, uno de los arquitectos al frente de la obra. Para el final quedará una tercera fase de organización y reanimación del entorno.
En el segundo momento el inmueble estará sujeto a un cierre perimetral limitando las formas de acceso. También se realizará un cerramiento que aporte solidez a toda la edificación y se consolidarán estructuralmente todos sus elementos arquitectónicos como es el caso de la espadaña, los arcos ojivales, la bóveda, las columnas, las cornisas, los vanos, etc. Será una reconstrucción y restauración casi en su totalidad debido al alto deterioro del edificio, explica Hernández González.
Con el decursar de los siglos se han realizado aportes a su fisonomía los cuales serán respetados. La idea es que la iglesia recupere todos los elementos identitarios, incluyendo las campanas, señaló el arquitecto. También resaltó la importancia del nivel de acabado de la obra: «Las paredes tendrán una terminación con fino. En el proceso se emplearán siempre las técnicas y materiales de la época, o sea, el revestimiento conocido como mortero de mezcla real, a base de cal y arena».
La intervención de La Popa comenzará a ejecutar las áreas exteriores y de esparcimiento incorporadas a la comunidad como parques, miradores, zonas de estar… Esto propiciará la armonía del vecindario con el entorno, resultado que se aprecia desde la conclusión de la calzada. Aunque, el mantenimiento de casas y otros inmuebles aledaños a la zona se proyecta para una tercera etapa.
La consolidación de la Ermita de Nuestra Señora de la Candelaria hará rejuvenecer un inmueble dieciochesco trinitario, que además de sus valores arquitectónicos, representa el patrimonio inmaterial de la ciudad.