Por Karen Reyes Aróstica
Si algo no ha podido confinar el nuevo coronavirus es la creación. En Trinidad desde 2020 se han estado gestando proyectos que despierten el interés de los organizadores de la 14 Bienal de La Habana. Artitas locales como Jorge César Sáenz, Yudit Vidal Faife, Osley Ponce, Luis Blanco, Israel (Papito) Rondón, Yasiel Elizagaray, Alejandro López o el curador y crítico de arte Atner Cadalso han nucleado a otra pléyade de artistas más jóvenes.
La intención es, ante la oportunidad, presentar una producción visual interesante que tome los espacios urbanos, históricos o en desarrollo, de Trinidad. Proyectos que a los ojos del equipo curatorial de la 14 Bienal combinen y trastornen la visión de postal colonial que se como de esta, la tercera villa cubana.
Pero Trinidad no será la única con esta posibilidad, otras ciudades como Pinar del Río, Matanzas, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Camaguey y Santiago de Cuba tienen abiertas las puertas. De parte de esas provincias llegaron al Centro de Documentación de la Oficina del Conservador de Trinidad Norma Rodríguez Derivet, presidenta del consejo de artes plásticas; Nelson Herrera Isla, curador del Centro Wilfredo Lam; Rafael Consuegra, escultor y miembro del Consejo para el Desarrollo de la Escultura Medioambiental (Codema); Maikel José Rodríguez Calviño, editor de la revista Arte Cubano y Jorge Luis López Álvarez, presidente provincial del consejo de artes plásticas para esclarecer detalles de cómo será el proceso de selección y presentación de proyectos. De acuerdo a lo expuesto, se prevé la inauguración de la Bienal para el 12 de noviembre, pero no será hasta el 2022 que se incorporen a la segunda fase las ciudades previstas. Hasta entonces, los procesos creativos pueden tomar los titulares de medios locales y nacionales, lograr la promoción y el posicionamiento de lo que será, en el caso trinitario, un diálogo entre tradición y modernidad, un despegue mental que se aleje del arte mercantil y vaya más a lo conceptual.
Ante tanto tiempo de confinamiento, de dolor, tristezas e incertidumbres, al decir de Nelson Herrera Isla, la decisión de hacer la Bienal viene a ser una cura para el alma porque siempre habrá un pretexto, una situación difícil para no hacerla. Además, Norma Rodríguez apuntaba que mantener la periodicidad de la Bienal es parte de su credibilidad y que fue su carácter antihegemónico, lo que puso a Cuba en el mapa del mundo de las artes visuales. (buscar antecedentes de la bienal de la Habana) Link a bienal de 1994. (buscar bienal del Sur) Por su parte, el director del Conservador de la Ciudad, Duznel Zerquera Amador agradeció como Oficina la inclusión de Trinidad en la Bienal.
Los espacios públicos están a disposición de los artistas, dijo, porque creemos que le hace falta a la ciudad. Trinidad es mucho más que su arquitectura colonial y además hay que despertar la espiritualidad, sacudirnos la quietud de estos tiempos. Haber sido nombrados Ciudad Creativa en Artesanía y artes populares nos da la posibilidad, de imbricar a los artistas con la ciudad, la creación contemporánea y la tradición. Es un momento para dialogar. Tenemos que despojarnos del cliché de fachada y expresarnos desde el interior hacia el espacio público.
El posicionamiento de Cuba y Trinidad a través del arte será muy beneficioso para todos. La oficina del Conservador está abierta a escuchar y evaluar todos los proyectos, siempre cuidando los valores declarados Patrimonio Mundial