En el Día de Solidaridad de las Ciudades del Patrimonio Mundial y en momentos en que la Pandemia de la COVID-19 pone en crisis el sector del Turismo a nivel global, en estas fotos celebramos y recordamos también los beneficios que este sector le ha traído a Trinidad.
Desde 1976 en Bruselas, Bélgica, durante el seminario Internacional de Turismo y Humanismo, se elaboró la Carta de Turismo Cultural (renovada en 1999) que promueve el descubrimiento de sitios de gran interés patrimonial y resalta la necesidad de generar retroalimentación entre el capital adquirido por la explotación turística y los presupuestos a disposición de la salvaguarda de esos mismos sitios.
La Unesco misma, en sus diversas actualizaciones, potencia la cultura como un fenómeno de desarrollo local y para su contribución elementos como el turismo son de vital importancia. La Agenda 2030 resulta un exponente de esta idea.
Mucho antes, en la misma Trinidad, desde la creación de la Asociación Pro-Trinidad en los años 40 del siglo XX, la idea del turismo se convirtió en una aliada del capital generado en función del patrimonio local. Con el nuevo siglo las aspiraciones de varias generaciones de especialistas y estudiosos locales convirtieron los anhelos en realidad y hoy la ciudad se erige no solo como un sitio de valores culturales universales sino como un destino turístico consagrado en la región.
De hecho, mientras los principales destinos del mundo tienden a la “turismofobia” por la alta incidencia de elementos negativos, un estudio desarrollado en 2013 por la Universidad Central “Marta Abreu” de las Villas (ULCV) concluyó que, en Trinidad, “la percepción (…) es más positiva que negativa”.
En el 2020, posicionándose como uno de los sitios de mayor interés cultural y recreativo para el turismo internacional en Cuba, desarrollando el aporte del sector no estatal a los servicios, esta afirmación queda demostrada si tenemos en cuenta que esta localidad pasó de una depresión económica centenaria a ofrecer todo tipo de oportunidades laborales, mayor calidad de vida a sus pobladores y una gestión más adecuada de su patrimonio material e inmaterial.